OPINIÓN: LA FALTA DE RESPETO A LA SEGURIDAD VIAL

Por: Hellen Vásquez Chaparro

Editora de Efecto Responsable

El accidente ocurrido en la avenida Javier Prado, que dejó como consecuencia dos víctimas mortales, me llevó a reflexionar sobre el peligro constante al que estamos expuestos tanto peatones como conductores, en las calles y pistas de Lima. Considero que la conductora que ocasionó el accidente, debería cumplir una condena ejemplar por su irresponsabilidad frente al volante y que esta trágica experiencia, la aleje para siempre de las calles y de los autos o camionetas. Sin embargo, existen muchas personas que como ella, arriesgan su vida a cada momento por tener una conducta imprudente.

A  diario, vemos que tanto hombres como mujeres, chóferes de autos particulares, movilidad escolar, de transporte público, de motocicletas,  de moto taxis hasta ciclistas; son irresponsables y manejan o conducen de manera temeraria. No respetan las señales de tránsito, se pasan la luz roja, se adelantan sin permiso, van a más velocidad de la permitida, no le hacen mantenimiento a sus vehículos, se cambian de carril sin mirar a los lados, y para ellos todo se justifica porque el sistema de circulación vehicular en la ciudad, es caótica. ¡Pero la verdad, es que todos nosotros la hacemos caótica!

En la misma línea, están los peatones que caminan con la cara puesta en el móvil, revisando o escribiendo mientras cruzan las pistas, cruzan en verde cuando los autos avanzan, aduciendo que están apurados; o escuchan música con los audífonos tan grandes y con el volumen tan alto, que no pueden escuchar el claxon ni de los micros; también están los adultos que no usan las cebras ni los puentes peatonales porque les da flojera caminar un poco más, aunque estén con niños.

Y por último, las municipalidades hacen que todo sea peor. Con este plan del “pico y placa”, muchos conductores hemos tenido que usar vías alternas, calles entre calles, o zonas oscuras. Las pistas están llenas de huecos tan grandes, que son capaces de destrozar un carro, romper llantas, y hasta ocasionar accidentes.  Los semáforos están tan desincronizados que en lugar de ordenar el tránsito, lo desordenan. Y si a eso le sumamos la desesperación de los conductores y peatones por avanzar, el calor, el estado emocional, el tiempo y la falta de respeto que hay entre los ciudadanos, la situación se vuelve normalmente critica, y es que estamos acostumbrados a vivir en crisis, al menos con el transito limeño. Por eso hay tantos accidentes de tránsito.

Los accidentes de tránsito acaban con vidas inocentes, destruyen familias, causan daños irreparables, pero parece que nadie entiende eso. En Lima no solo somos víctimas, también somos victimarios cuando no tenemos una cultura de Seguridad Vial, que nos garantice un día libres de conductores o peatones irresponsables. La realidad, es que no tomamos conciencia de que los carros son máquinas y hasta armas mortales, que las vidas son invaluables y que no hay dinero, ni abogados, ni disculpas que las devuelvan cuando se van. Lo único que debemos hacer es manejar o conducir con responsabilidad, enseñarles a los niños la importancia de la Seguridad Vial y vivir sin hacerle daño a los demás.

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