¿Y POR QUÉ SE TARDAN TANTO?

NO ES UN INCIDENTE, ¡ES UNA CATÁSTROFE!

Por Hellen Vásquez Chaparro

Periodista/ Editora de Efecto Responsable

El desastre ecológico, ambiental y social ocurrido en las costas de Ventanilla, solo confirma lo que, por mucho tiempo, se ha dicho sobre los seres humanos:  somos los únicos y peores destructores del planeta. Es cierto, el ser humano se dirige de manera consciente hacia su propia desgracia y parece no importarle.

¿Cómo es posible, que, después de 5 días de haberse derramado el crudo en el mar, las autoridades recién de manifiesten, mostrando de paso, una genuina falta de interés y conocimiento sobre esta catástrofe; y que la empresa involucrada muestre tan poca empatía?  Además, no vemos un trabajo profesional de limpieza en la zona, el mar se sigue contaminando, y el verano se vuelve cada vez más oscuro.

Mar negro

Más de 6000 mil barriles de petróleo fueron desparramados en la refinería La Pampilla, operada por la empresa Repsol, formando una masa negra, gelatinosa y desagradable sobre nuestro mar peruano.  Esta masa viene dañando a miles de especies marinas y alterando la supervivencia de familias enteras que se dedican a la pesca artesanal. El terrible hecho afecta el ecosistema de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, Islotes de Pescadores y de la Zona Reservada Ancón, según el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Pero el grado total del daño aún no se conoce.

Estas aves no tienen la culpa.

 

Entonces, ¿quién tiene la culpa de semejante calamidad? ¿La empresa Repsol y su notable indolencia? ¿El Gobierno incapaz de reaccionar ante una crisis? ¿La Marina de Guerra por no anunciar a tiempo sobre los oleajes anómalos producidos por la erupción del volcán Tonga? ¿La sociedad civil que no sabe cuidar el medio ambiente?

Es preocupante como cada uno de los actores implicados se está tirando la pelota. Ninguno asume la responsabilidad sobre el hecho. Y a esto hay que sumarle la lentitud con la que están tomando decisiones claves. Puedo imaginarlos con la boca abierta mirando como el mar peruano se vuelve negro no solo por el petróleo, sino por su falta de acción. Esto me hace pensar que no tienen preparación para enfrentar una crisis no solo ambiental, sino también de comunicación y de reputación.

Entre estos actores se encuentra un ministro del ambiente, Rubén Ramírez, que no sabe responder ante los cuestionamientos de la prensa y le echa la culpa a la falta de comunicación asertiva de la empresa Repsol. Unos congresistas que van a la zona cero a tomarse fotos con los cadáveres de esos animales inocentes que no pudieron sobrevivir a la ineptitud e irresponsabilidad del ser humano. Un presidente que se sube a su helicóptero para ver a las olas arrastrando la mancha negra, como si con eso pudiera cambiar la historia (y aun no dice una sola palabra al respecto). Una empresa que muestra una frialdad aterradora y una sociedad civil que no sabe qué hacer o decir o pensar.

Presidente Castilllo en «actividad oficial». Debió recorrer la zona afectada a pie.

PERO SOLO FUERON UNAS GOTITAS DE CRUDO

La gerente de Comunicaciones de Repsol, la principal empresa acusada de este desastre ecológico, ambiental y social, Tine van den Wall Bake Rodríguez, dijo que la petrolera española “no ocasionó el desastre ecológico”. Dijo que, le preguntaron a la Marina si podían seguir descargando el crudo, y así lo hicieron. Dijo que, al principio solo pensaron que fueron unas poquitas cantidades, pero que después se dieron cuenta que era mucho más de lo que creían. Dijo que, ellos siguieron todos los protocolos. Pienso que también podría decir: “Al final, la culpa la tiene Tonga y su volcán por erupciones justo cuando estábamos realizando la riesgosa faena”. Una respuesta de este tipo sería el colmo.

En ese sentido, Miriam Alegría, jefa del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA); (quien, dicho sea de paso, se enteró del desastre por los medios de comunicación y redes sociales) reveló que la extensión de la zona afectada por el derrame de petróleo es de 1 millón 739 mil metros cuadrados. Y remarcó que las playas afectadas por el derrame de petróleo son Grande (Santa Rosa), Naval, La Pampilla, Ancón, Miramar, Positos, Chacrimar (Chancay), Chancayllo (Chancay) y Pasamayo.

Y esto podría seguir creciendo, es decir, el mar podría arrastrar el petróleo por muchos metros más y afectar a mas especies y a más personas. Entonces, no solo fueron unas gotitas las que se derramaron, esto equivale a casi 1 millón de botellas de gaseosa llenas de petróleo.

Por otro lado, ¿Quién se van a hacer responsable de las familias de pescadores que se han visto seriamente afectados por este derrame? Muchos de ellos han perdido su principal fuente de ingresos. Afirman que nadie les ha ofrecido ayuda, que están a la deriva. Ahora tienen que pedir créditos y asumir compromisos para los cuales no estaban preparados. ¿Repsol hará algo por ellos? ¿El Estado hará algo por ellos? Esta crisis ha tenido un terrible comienzo, pero al parecer, no tendrá un fin, al menos no en el corto plazo.

VAMOS A RECOGER EL PETRÓLEO CON RECOGEDOR

Más o menos 20 personas con mamelucos blancos están recogiendo el crudo con recogedores. Las imágenes son risibles. Esta es una metáfora a la inacción de los actores involucrados: las labores las están llevando a cabo al mismo ritmo con el que están limpiando las playas. ¿Dónde está el plan de contingencia de la empresa Repsol frente a un derrame de petróleo? Pues, parece que no tenía. Y si tenía, no supieron cómo usarlo. ¿Y cuál es el plan de contingencia del Estado frente a una crisis de semejante magnitud? Tampoco tenían y eso ha quedado demostrado.

Con estas herramientas nunca acabaran de limpiar.

Se sabe que, para recoger el petróleo y sacarlo del agua se utilizan grandes skimmers – también llamados desnatadores – que mediante una bomba lo succiona y lo pasa a tanques flotantes que luego serán remolcados a puerto dónde el hidrocarburo se almacenará para su eliminación definitiva. ¿Esto no lo sabe Repsol? Imposible que no tenga maquinaria adecuada para realizar la limpieza lo más rápido y efectiva posible. En lugar de esto, utilizan escobas y recogedores como si estuvieran limpiando una sala, también palas y carretillas como si estuvieran construyendo una casa.

Ante esto, Rubén Ramírez, quien actualmente está brillando por su falta de capacidad y de gestión; informó que la empresa Repsol entregará un cronograma sobre las acciones que realizará tras el derrame de petróleo. “Necesitamos que las acciones sean eficientes e inmediatas para que no se siga contaminando nuestro mar», dijo. Pero, ya pasaron 5 días y ¿sigue esperando acciones? Debieron reaccionar desde el primer momento, pero para los actores involucrados, la palabra clave es la procrastinación.

EN EL MAR, LA VIDA NO ES SABROSA

Los especialistas ambientales están de acuerdo en una cosa: no se podrá recuperar el ecosistema en corto tiempo. Mientras tanto, los actores involucrados seguirán trabajando por limpiar el crudo en el mar, pero daño ya está hecho. ¿Qué es lo que va a pasar ahora? Algunos usuarios de redes sociales invitan a los conductores a NO COMPRAR GASOLINA EN LOS GRIFOS REPSOL. Los medios de comunicación exhortan a la empresa a OFRECER DISCULPAS POR EL DAÑO HECHO A NUESTRO MAR. El gobierno ha instalado una comisión conformada por gente -que no tiene idea de lo que debe hacer-, para ESPERAR EL CRONOGRAMA DE ACCIONES DE RECUPERACIÓN DE DAÑOS.

Reacción frente a la crisis.

Ninguna de estas acciones tendrá una repercusión positiva mientras no tomemos conciencia del impacto que causan nuestras acciones en el ambiente que nos alberga. Este derrame de petróleo es un llamado de atención a nuestras autoridades para que dejen de ser tan permisibles con las empresas privadas que no tienen respeto por nuestros recursos naturales. Es un llamado de atención a las empresas que deben tener más cuidado con sus operaciones. Es un llamado de atención a los peruanos para que adoptemos mejores hábitos y empecemos a ser responsables.

Después de este hecho lamentable, solo nos queda cuestionarnos: ¿podremos comer dinero, billetes? No. Solo la naturaleza es capaz de proveernos lo que necesitamos para subsistir, pero, en lugar de agradecerle por sus regalos, le pagamos contaminando sus mares con petróleo. La naturaleza no podrá soportar mas por mucho tiempo, y cuando llegue ese momento… ¿Quién podrá ayudarnos?

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