BIOECONOMÍA PARA FOMENTAR EL DESARROLLO SUSTENTABLE

Por Ursula Brendecke, directora adjunta de la Representación del Estado Federado de Bayern para Sudamérica.

La incertidumbre económica que deja casi dos años de pandemia global es preocupante, principalmente por temas críticos como el cambio climático y el desarrollo económico. Sobre el impacto en el clima, la COP26 ha sido determinante en alertarnos que estamos cerca de un punto de no retorno; por otro lado, la CEPAL en un informe indica que la pandemia llevará a la mayor contracción de la actividad económica en la historia de la región.

Si bien, la mayoría de los países se han comprometido a realizar esfuerzos, tanto por superar el cambio climático como por dar soporte económico a las pymes, estos esfuerzos podrían no ser suficientes. Hace falta un cambio sistémico, que reformule la dinámica que venimos empleando hasta ahora; sistemas como la bioeconomía, que tiene como objetivo lograr una forma de vida y un sistema económico sustentable, basado en recursos biogénicos.

La bioeconomía no sólo contribuye a la protección del medio ambiente y a prevenir los efectos del cambio climático, sino que también proporciona valor agregado a las materias primas de origen local. Además, crea nuevas fuentes laborales, fortalece la competitividad internacional y permite desarrollar nuevos mercados. Para ello es clave la implementación de análisis de ciclos de vida de materiales y un aumento en la eficiencia de los recursos.

Esta propuesta, por lo tanto, parte del análisis de recursos para diseñar políticas públicas sustentadas en el respeto del medio ambiente. También involucra innovaciones, basadas en tecnología e investigación; empresas y cadenas de valor industriales eficientes, trabajo colaborativo como, por ejemplo, entre la industria y la investigación aplicada, y la participación activa de la sociedad civil. Un rol importante también juegan las startups.

Este modelo se viene aplicando en países como Alemania, particularmente en el Estado de Bayern, donde, a través de un Consejo de Bioeconomía, se articulan recursos entre los sectores involucrados y se proponen políticas públicas para generar cambios concretos. Una similitud entre el modelo alemán y el Perú es que gran parte de su economía está apalancada por pymes.

En ese sentido, el Perú cuenta con todas las capacidades necesarias para desarrollar la bioeconomía, logrando mejoras concretas para la gente, sus recursos y el medio ambiente; consolidando así una forma de vida y un sistema económico sostenible, basado en recursos biogénicos y con la participación de todos.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba