OPINIÓN: LUIZ CLAUDIO SAMPAIO, GERENTE GENERAL DE TOTAL PERÚ
Las energías renovables son fuentes limpias, inagotables y crecientemente competitivas. En América Latina estas tienen un gran potencial, puesto que cuentan con una amplia variedad de recursos naturales, entre los que se incluyen los solares, geotérmicos, eólicos y de biomasa.
Hoy en día, la energía solar obtenida a partir de la radiación electromagnética procedente del sol, puede aprovecharse por medio de diversos captadores como paneles solares, helióstatos (conjunto de espejos que se mueven sobre dos ejes) o panel solar térmico, pudiendo transformarse en energía eléctrica o térmica, que llegarían a resolver algunos de los problemas más urgentes que afronta la humanidad, gracias al ahorro de consumo eléctrico que genera y el reemplazo de la electricidad en zonas aisladas.
Latinoamérica cuenta con una de las reservas de energía solar más importante del mundo, siendo la energía solar fotovoltaica la fuente más desarrollada en la actualidad. Según informes de la organización ecologista Greenpeace, esta podría suministrar electricidad a dos tercios de la población mundial en 2030. Se prevé que la participación de la energía solar fotovoltaica aumente de 1% en 2016 a 8% en 2035 y 9% en 2040
Existen varios factores que llegaría a potenciar en el futuro el desarrollo de proyectos en el ámbito de las energías renovables en América Latina. Entre ellos, se encuentran las previsiones de un crecimiento fuerte de la demanda de energía en el continente y la tendencia global hacia el uso de energías menos contaminantes para mitigar el cambio climático.
Como parte de esta iniciativa, las empresas se vienen asociando con los líderes de la industria para desarrollar proyectos solares en todo el mundo e impulsar el surgimiento de la energía solar. Propiciando así, el surgimiento de una tecnología fiable, eficaz y rentable que aporta a países anfitriones a diversificar su oferta energética desarrollando nuevas colaboraciones en torno a proyectos solares.
Cabe señalar, la inversión en energías renovables ha seguido creciendo tanto a nivel mundial como en América Latina. Según Bloomberg en el mundo ha alcanzado casi 330 mil millones de dólares en 2015, de los cuales América Latina recibió unos 17,5 mil millones.