ER.-Las estaciones del año no solo cambian el clima, también modifican la forma en que usamos la electricidad en casa. Ventiladores, estufas, aires acondicionados y termas eléctricas forman parte de la lista de artefactos cuyo uso varía según la temporada, afectando directamente el monto del recibo mensual.
Durante 2024, el consumo promedio de electricidad en los hogares peruanos fue de aproximadamente 93 kilovatios hora (kWh) al mes, según datos de Osinergmin. Sin embargo, ese promedio puede aumentar considerablemente en ciertas épocas, dependiendo del clima y los hábitos de consumo.
En verano, la refrigeración lidera el consumo
En la temporada de calor, la mayor demanda eléctrica en los hogares proviene de equipos de refrigeración, que representan cerca del 40 % del consumo residencial. Le siguen la iluminación (17 %) y dispositivos como dispensadores de agua fría. Esta tendencia se acentúa en regiones como Piura, Ica, Lambayeque o Lima Metropolitana, donde el uso de ventiladores y aires acondicionados es frecuente.
“Un aire acondicionado funcionando ocho horas al día puede representar hasta la mitad del consumo mensual de una vivienda”, explicó Jason Iong, director transaccional de Schneider Electric para Chile, Perú y Bolivia.
En invierno, el gasto también se dispara
Aunque el total de consumo nacional no aumenta significativamente durante el invierno, sí se redistribuye. En muchas familias, el gasto puede elevarse por el uso prolongado de calefactores, termas eléctricas y secadoras, especialmente en zonas frías o con alta humedad. La falta de eficiencia en estos equipos puede generar picos similares a los del verano.
¿Cómo reducir el consumo?
Para evitar incrementos innecesarios en el recibo, los expertos recomiendan:
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Instalar soluciones de medición inteligente.
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Mantener en buen estado equipos como refrigeradoras, termas o calefactores.
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Usar luz natural durante el día.
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Desconectar dispositivos que no estén en uso, incluso si están en modo de espera.
La eficiencia energética no debe ser solo una preocupación estacional. Automatizar rutinas, controlar el consumo y elegir tecnologías eficientes son claves para ahorrar dinero y reducir el impacto ambiental.
