DELITOS AMBIENTALES AMENAZAN LA BIODIVERSIDAD EN PERÚ
ER.- Pese a contar con un marco normativo para proteger el medio ambiente, el Perú enfrenta un alarmante incremento de delitos ambientales. Cada año, miles de hectáreas de la Amazonía son devastadas por la minería ilegal, el 20% de la madera movilizada proviene de fuentes ilícitas y el tráfico de fauna silvestre sigue diezmando especies. Además, ríos clave como el Rímac sufren altos niveles de contaminación. La falta de fiscalización efectiva y la corrupción impiden frenar estas actividades, poniendo en riesgo la biodiversidad y la salud de la población.
Principales delitos ambientales
Según Daniel Huamán, profesor de Derecho de la Universidad del Pacífico, los delitos ambientales más frecuentes en el país son:
- Minería ilegal: Representa una de las mayores amenazas para la Amazonía. La deforestación y el uso de mercurio contaminan ríos y suelos. De acuerdo con Comex, entre 300,000 y 500,000 personas se dedican a la minería artesanal, pero solo 18,561 operan formalmente.
- Tala ilegal: La extracción no autorizada de madera impacta negativamente en la biodiversidad y en las comunidades locales. En 2021, el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor) reportó que el 20.7% de la madera movilizada tenía origen ilícito.
- Tráfico de fauna silvestre: Cada año, alrededor de 5,000 especies son incautadas por las autoridades, según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). Este comercio ilegal amenaza la supervivencia de especies emblemáticas y altera los ecosistemas.
- Contaminación de fuentes de agua: Las descargas industriales y el vertimiento de desechos afectan la biodiversidad y la salud humana. En la cuenca del río Rímac, el Ministerio del Ambiente (MINAM) ha identificado 62 vertimientos de aguas residuales, de los cuales el 44% proviene de hogares, el 40% de industrias y el 16% de la minería.
Desafíos en la lucha contra los delitos ambientales
Para Huamán, las principales dificultades en el cumplimiento de la legislación ambiental radican en la falta de recursos y en la corrupción dentro de algunas instituciones. «Los controles se concentran en las empresas formales, mientras que las actividades ilegales operan sin restricciones, generando una competencia desleal», advierte.
La educación como clave para el cambio
El especialista destaca que la educación ambiental es fundamental para crear conciencia y promover la protección del entorno natural. «Brindar conocimientos sobre los impactos de nuestras acciones y fomentar el respeto por el medio ambiente puede generar cambios significativos», asegura.
En un país con una riqueza natural invaluable, la protección ambiental es una responsabilidad compartida. Sin una fiscalización más rigurosa y una mayor inversión en educación ambiental, el futuro de la biodiversidad peruana seguirá en peligro.