ACCIONA.ORG LLEVARÁ LA LUZ ELÉCTRICA A HOGARES DE LA AMAZONÍA PERUANA
ER.-El programa Luz en Casa Amazonía, que hasta el momento proporcionaba luz eléctrica a más de 400 hogares de la cuenca amazónica del Napo, pertenecientes en su mayoría a la comunidad indígena kichwa; se amplía a las cuencas de otros afluentes del Amazonas, llevando electricidad con sistemas fotovoltaicos domiciliarios a 1.000 familias más.
Esta iniciativa supone completar la electrificación de las comunidades de la cuenca del Napo que y comenzar a replicar el modelo en otras cuencas del departamento de Loreto. Así, en esta nueva fase, acciona.org dará acceso a electricidad a más 5.000 beneficiarios (1.000 hogares más) de unas 30 localidades aledañas a los ríos Napo, Ucayali y Marañón, donde, además, acciona.org llevará a cabo una labor de información y formación, haciendo que los propios habitantes entiendan los beneficios del servicio, sean capaces de manipular correctamente las instalaciones, y puedan aprovechar de manera eficiente la electricidad.
Para ello, se emplearán sistemas fotovoltaicos de tercera generación que son fácilmente manejables, transportables, robustos y libres de contaminantes, lo que los hace muy adecuados para entornos muy remotos y ambientalmente sensibles. Estos equipos ofrecen más de 4 horas de luz eléctrica, carga de un teléfono móvil y operación de algún aparato eléctrico (radio, TV…) durante unas 2 horas.
Durante el proyecto, la Universidad Politécnica de Madrid, socio de acciona.org en esta actuación, llevará a cabo un análisis y evaluación de los procedimientos para potenciar la escalabilidad de Luz en Casa Amazonía, y revisará y mejorará otros procesos.
Además, el proyecto cuenta con la cofinanciación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a través de la convocatoria de 2018 de acciones de innovación para el desarrollo.
Esta nueva fase de Luz en Casa Amazonía, tal como ha quedado probado en la anterior en la cuenca del Napo, se llevará respetando tradiciones y formas de vida de las comunidades indígenas locales. Para ello se contemplarán los estándares internacionales de derechos de los pueblos indígenas.
Así, el modelo de acciona.org refuerza su enfoque de participación voluntaria con interacción continua con los representantes de las comunidades locales y los usuarios, no sólo en la Amazonía peruana, sino también en el resto de zonas de operación en Perú, México y Panamá, donde da servicio eléctrico a numerosos hogares pertenecientes a diferentes comunidades indígenas.
Amazonía y electrificación: el reto de respetar el medioambiente y mejorar la calidad de vida
La región amazónica es una zona de altísimo valor ecológico con más de 6,7 millones de km2 de extensión en territorio de 9 países diferentes. Las comunidades amazónicas, mayoritariamente población indígena de diferentes grupos étnicos, viven en ubicaciones remotas y dispersas a las que se accede por vía exclusivamente fluvial, con condiciones extremas de temperatura y lluvias.
Esto, unido al coste e impacto que supone la construcción y mantenimiento de las redes de distribución, hace inviable su acceso generalizado a la electrificación convencional; es decir, existe un número indeterminado de personas, que se estima en varios millones, que no acceden a este servicio en la Amazonía.
En este contexto, muchas poblaciones acceden a la electricidad mediante grupos electrógenos con combustibles fósiles que contaminan el entorno y que, además, no proporcionan más de 3 horas diarias de funcionamiento, y con periodos sin luz por falta de presupuesto. Mientras otras comunidades utilizan elementos energéticos alternativos como velas, lámparas de combustible o pilas para linternas, radios, etc.
El reto de la acciona.org ha sido desarrollar un modelo de suministro eléctrico con energías renovables y criterios de sostenibilidad técnico-económica y asequibilidad.
Impactos positivos: mejoras sanitarias, educativas y medioambientales
Los principales usos que los hogares dan a la electricidad, son la iluminación para ampliar horas de estudio (67%), la prolongación de las actividades productivas (43%) y la preparación de comidas (21%).
Además, el abandono del uso de otras formas de iluminación que empleaban anteriormente, como linternas a pilas, mecheros/lámparas de petróleo y velas -que no dan suficiente intensidad de luz y generan humos perjudiciales-, reduce la incidencia de enfermedades oculares y pulmonares.
A esto se une el impacto ambiental positivo, en un entorno de alto valor ecológico, por eliminar el uso y, por tanto, el desecho incontrolado de pilas y por evitar la emisión de gases contaminantes, con el desplazamiento del uso de la electricidad de generadores diésel por generación fotovoltaica.